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19. ¡Por suerte existe el Embargo-Bloqueo a Cuba!
20. Los CEIS, campos de concentración y tortura de las FAR en Cuba.
21. El bautizo del Comandante.
22. Alcona, la finca del Comandante Guillermo García.
19. ¡Por suerte existe el Embargo-Bloqueo a Cuba!
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Nunca hemos estado tan cerca los cubanos, en 55 años de dictadura, de obtener la libertad y retornar a la democracia. Nunca antes había existido el ejemplo externo de la "Primavera Árabe" y el empuje cada vez más creciente de la disidencia interna. Personalmente, creo que ese cambio ocurrirá pronto.
Uno de los problemas más importantes de nuestra patria al producirse el cambio será la economía. Los Castro han destrozado la isla de punta a punta, prácticamente habrá que reconstruirlo todo. La buena noticia es que habrá mucho trabajo, incluso para mano de obra de otros países latinoamericanos y Cuba se convertirá en receptora de capital humano en vez de expulsar a sus ciudadanos por falta de oportunidades, como ocurre desde hace décadas.
Pero cuando llegue ese momento, ¿en qué condiciones nos encontraremos con respecto al resto del mundo? Fidel Castro se dedicó toda su vida a pedir dinero por todo el planeta y a recibirlo a manos llenas de cuanto incauto se encontró. Había un gracioso programa humorístico en Televisión Martí, que se llamaba: "La Oficina del Jefe", donde acertadamente un actor que interpretaba a Evo Morales llamaba a Fidel Castro por el apodo de: "El Mantenido de América".
Por suerte, uno de los pocos países al que no le debemos nada es el más rico del mundo, la primera economía mundial y a la vez nuestro más cercano vecino, y también el que más solidario ha sido con el drama cubano: Los Estados Unidos de Norteamérica.
Gracias al Embargo, también llamado: "Bloqueo" por los comunistas, al conquistar nuestra libertad podremos empezar económicamente desde cero con los Estados Unidos, sin deudas previas, y recibir la ayuda económica multimillonaria que de seguro nos facilitarán para empezar a reconstruir el país.
Desde que Fidel Castro convirtió a Cuba en colonia de la ex Unión Soviética, y en general del Campo Socialista, sobrevivimos con sus ayudas económicas hasta finales de la década de los años 1980s. Si en ese momento, cada país democrático le hubiera declarado un embargo al Gobierno de Cuba, este hubiera durado muy poco y hace mucho rato que hubiéramos empezado el despegue económico.
Pero los países europeos, latinoamericanos, y de casi todas la latitudes, prefirieron ayudar a salvar al castrismo y le ofrecieron préstamos, asociaciones económicas, subsidios, etc. Es por eso que hoy Cuba debe miles de millones de dólares por todo el mundo, situación esta que será un gran freno cuando logremos la libertad. Entre las más importantes deudas están:
- Rusia: 20 mil millones de rublos convertibles.
- Club de París: 10 mil millones de dólares (sin contar la deuda de Rusia).
- Venezuela: 11 mil millones de dólares.
- China: 5 mil millones de dólares.
- Argentina: 1,967 millones de dólares.
- Irán: 656 millones de dólares.
- México: 430 millones de dólares.
- Panamá: 425 millones de dólares.
Será como el niño que al nacer hereda una gran deuda de sus padres. Los Castro, en su posición de dueños de Cuba, y actuando como si esta fuera una finca privada, han despilfarrado y malgastado como se les ha dado la gana todo el dinero recibido. En vez de utilizarlo en impulsar el desarrollo del país, lo han sumido en la miseria y hoy existe una enorme deuda impagable, excepto con los Estados Unidos, gracias a su firme posición de no colaborar con la dictadura y su visión de largo alcance.
Lo que Cuba necesita no es la eliminación del Embargo-Bloqueo para que su pueblo viva mejor. Lo que Cuba necesita es el encarcelamiento de los dictadores que la oprimen, violan los derechos humanos, y la han sumido en la más absoluta miseria.
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20. Los CEIS, campos de concentración
y tortura de las FAR en Cuba.
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No hay una falta de ortografía en el título de este artículo. Así eran conocidos los campos de concentración y trabajos forzados militares que tenían (o tienen aún) las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba: C.E.I.S., que son las siglas de: "Centro de Entrenamiento Intensivo del Soldado."
Lo curioso es que el entrenamiento intensivo al que eran sometidos allí los reclutas del Servicio Militar General (SMG) no era para formarlos en las técnicas de combate, o para especializarlos en el arte de "defender a la patria", sino para "reeducarlos", o más bien para someterlos a la obediencia cuando no cumplían a cabalidad con lo que se esperaba de ellos. Este entrenamiento consistía en torturas basadas en el agotamiento físico extremo y el dolor corporal.
Cuando los soldados cometían reiteradamente indisciplinas, como fugas de la unidad militar, insubordinaciones, o incumplimiento en las guardias, eran enviados como castigo a estos lugares, que se encontraban diseminados por todo el territorio nacional. Si mal no recuerdo, algunos cercanos a la capital se encontraban en lugares como: San José de las Lajas, Managua, o Punta Brava, entre otros.
La decisión de mandar algún soldado a estos centros la tomaba su jefe de pelotón o de compañía y debía ser avalada por el Jefe de Unidad. Cuando esto ocurría, el soldado era apresado para que no escapara al conocer lo que le esperaba, y conducido en un jeep militar hacia su destino.
Yo nunca fui a una de esas prisiones, pero si tuve varios compañeros que pasaron por allí (de los "llamados": 27, 271/2, 28 y 281/2, entre los años 1991 y 1993) y escuché muchos relatos sobre lo que tuvieron que soportar.
Los levantaban muy temprano en la mañana, entre gritos y ofensas. De desayuno les daban un poco de agua con azúcar, que debían beber en menos de un minuto, e inmediatamente empezaba el entrenamiento diario bajo el fuerte sol, con casco, pechera con cargadores, fusil, careta antigases, etc. Toda la mañana los mantenían haciendo ejercicios hasta el agotamiento y sin descanso, por lo que muchos no lo soportaban y se desmayaban, entonces eran conducidos a la enfermería y tan pronto se recuperaban regresaban al entrenamiento.
La mayor parte de los días no se podían bañar porque los oficiales decían que no había agua, y cuando llegaba, solo disponían de diez minutos para bañarse todos los reclusos juntos bajo unas pocas llaves de salida del preciado líquido, o al menos mojarse un poco el cuerpo para refrescarse y desprenderse de la tierra adherida al cuerpo durante días, sin ninguna clase de jabón o shampoo. Lo que provocaba una fuerte competencia por obtener el agua, riñas, y la humillación que caracteriza a estos métodos de desmoralización del ser humano.
A los pocos días de estar allí, en los pies se formaban ampollas muy dolorosas, pero eran obligados a ponerse las botas a como diera lugar y cumplir con el entrenamiento diario de 12 horas. Para que un recluso pudiera permanecer en la enfermería por algunos días completos, debía estar realmente en muy malas condiciones, o porque las fingiera muy bien.
El horario de almuerzo duraba unos pocos minutos, que realmente eran más que suficientes para consumir la poquísima comida que les daban y de muy mala calidad, por lo que perdían peso muy rápidamente. Yo conocí personas que regresaron a la semana de estar en un CEIS y era muy significativo su adelgazamiento y las ojeras características. Si estaban allá por 15 días, o más, regresaban irreconocibles.
Normalmente, la primera vez que llevaban a un soldado a un CEIS era por una semana y era más que suficiente para que aprendiera la lección y se comportara de ahí en lo adelante "correctamente". Pero si eso no ocurría, eran enviados por segunda vez y por 15 días. Si reincidían, regresaban por tres semanas, o en el peor de los casos por un mes, aunque era poco común. En estos lugares no había visitas, ni llamadas telefónicas, ni ningún tipo de contacto con el exterior, hasta que regresara el jeep de su unidad a recogerlo, cuando lo entendieran sus superiores. Dicen que se sentía una gran alegría al ver a los oficiales que venían a buscarlos, una mezcla de felicidad y odio.
Si en algún momento del entrenamiento no se rendía lo suficiente, eran ofendidos por los sargentos instructores que dirigían el entrenamiento, y en caso de que se negaran a obedecer eran golpeados por algunos de ellos, hasta que entraran en razones o terminaran en la enfermería. Se dice que fueron muchos los jóvenes cubanos que no aguantaron estas barbaridades y se suicidaron en aquellos famosos campos de concentración conocidos como: "CEIS".
En el caso de soldados indomables, que a pesar de visitar varias veces los CEIS reincidían en su rebeldía, como también los desertores de las FAR, eran juzgados ante un tribunal militar y condenados a cumplir sus sentencias en la prisión conocida como: "Ganuza", por períodos de seis meses, un año, año y medio, o hasta por la totalidad del tiempo que les restara de Servicio Militar.
De los CEIS poco se habla o se conoce, pero eran mucho más duros y abusivos que los primeros campos de concentración castristas de los años 1960: la UMAP.
Este artículo fue publicado originalmente en:
11-07-2012
Reproducido posteriormente en:
11-07-2012 |
11-07-2012
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21. El bautizo del Comandante.
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En 1992 un amigo holguinero me hizo una anécdota sobre el hecho más trascendental, y el más comentado, ocurrido en los últimos tiempos en su provincia natal, que coincidió con la visita de Fidel Castro a Holguín para supervisar como iba el desarrollo de esa provincia cubana.
Resulta que después de varias reuniones con los dirigentes del Poder Popular de Holguín y de visitar varios lugares de interés económico e inaugurar alguna que otra obra, tuvo una especie de conferencia de prensa o encuentro público con dirigentes y periodistas. En medio del evento alguien le informó al Comandante que en Holguín habían tenido la "iniciativa revolucionaria" de desarrollar un nuevo tipo de alimento para la población, como respuesta a la crudeza del "Período Especial". Este nuevo plato consistía en una novedosa fritura a base de yuca principalmente, y algún que otro tubérculo que encontraran en existencia.
Se le acercaron al Comandante con una bandeja de frituras y le comentaron que aún no tenía nombre y que por favor les hiciera el honor de bautizarla.
Fidel Castro, sonriente, tomó una fritura en su mano, se la llevó a la boca y comenzó a degustarla, pero a los pocos segundos hizo una mueca, la escupió y gritó enfurecido:
- ¡Que pin.......!
El público se quedó enmudecido ante la respuesta del máximo líder, hasta que un dirigente partidista salvó la situación diciendo:
- ¡Quepin!, ¡Quepin!, ese es el nombre que escogió el Comandante....
Inmediatamente el pueblo reaccionó aplaudiendo y repitiendo el nuevo nombre de su novedoso alimento revolucionario, y así fue como se hicieron famosas en Holguín las frituras bautizadas como: "Los Quepin".
Nota: esta es una historia real y para los que lean este artículo que no sean cubanos, la frase que interrumpió Fidel Castro al darse cuenta que no debía completarla ante dirigentes y periodistas es: ¡Qué pinga es esto!
Este artículo fue publicado también en:
20-07-2012 |
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22. Alcona, la finca del Comandante
Guillermo García.
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En 1991 un amigo nos invitó a visitar una extraña finca localizada en la carretera a Managua, en las afueras de Ciudad de la Habana. Era un lugar amplio, bien arreglado y organizado, donde se crían animales domésticos. Era especialmente atractiva la sección donde se guardaban en sus jaulas los coloridos gallos de lidia. Pero lo más significativo era una valla circular para pelear gallos, grande, techada, formada por varios pisos con sus respectivos asientos.
Cuando empezó la función de las peleas de gallos, el Comandante Guillermo García ocupó el lugar mejor situado en la primera fila, rodeado de otros jerarcas del Gobierno y de las Fuerzas Armadas (FAR), y de varios extranjeros, todos latinoamericanos, en su mayoría mexicanos, que se habían trasladado a Cuba con sus gallos a participar en este evento.
La fiesta se fue poniendo buena y al poco rato los participantes ya estaban apostando, agitando los dólares verdes del Imperio con una mano y con la otra sosteniendo una cerveza, entre gritos y carcajadas, en medio de la orgía de sangre animal.
Yo contaba con sólo 19 años y estaba acostumbrado a la represión policial hacia todo lo prohibido, recuerdo que le dije al amigo que nos había invitado:
- ¡Oye, vamos rápido de aquí antes de que llegue la policía y cargue con todo el mundo!
A lo que mi amigo contestó riéndose:
- No se preocupen, relájense, coman, beban cerveza y disfruten de este espectáculo que no se da todos los días. Esos uniformados de verde olivo que ven por todos lados son "la policía", que está aquí para cuidar el evento, no para llevarse a nadie.
No era para menos mi preocupación, se estaban cometiendo, en aquellos tiempos, tres delitos graves a la vez, por los que había muchas personas cumpliendo prisión:
- Tenencia ilegal de divisas.
- Peleas de gallos prohibidas.
- Juego y apuestas ilícitas.
A cada rato iban llegando más personajes importantes, tanto en autos con chapa particular como de color blanco (ministros), o montando a caballo, que eran recibidos amablemente por el personal de la finca. Mi amigo nos iba ilustrando sobre quienes eran: el general fulano de tal, el coronel mengano, o el ministro tal.
La función de nuestro anfitrión, por encargo de Guillermo García, era la venta de calzado femenino de importación en un quiosco situado cerca de la valla de gallos. Costaban de 20.00 USD en adelante y fueron bien vendidos a las esposas de los personajes del Gobierno y a las jineteras que acompañaban a los extranjeros.
Yo solo conocía a dos personajes en aquella valla de lidia, uno era el Comandante Guillermo García Frías, de haberlo visto en numerosas ocasiones en actos públicos en la televisión. Pero en las gradas estaba también un personaje que conocía muy bien, que se caracterizaba por ser prepotente y abusador, el presidente del Club Cubano del Perro Pastor Alemán (CCPPA), el señor Juan Montenegro Vidal, también conocido como "el Don", quien se había auto creado la fama de que podía hacer y deshacer a su gusto y estafar a quien le diera su gana, por ser un intocable protegido de varios generales del Ministerio del Interior.
Montenegro también era famoso por poseer una valla de gallos clandestina en su residencia en la calle San Mariano esquina con Avenida de Acosta, en Lawton. La cual era un secreto a voces y donde se peleaban gallos frecuentemente, pero sin llegar a los niveles de Alcona.
Esta es una buena estampa de las dos Cuba que siempre han existido en nuestra patria desde 1959. Aquella tolerante y complaciente de la que disfrutan los funcionarios del Gobierno y sus protegidos, que contrasta con la otra Cuba llena de prohibiciones y represión a la que es sometido el pueblo.
Yo regresé a mi casa ese día más confundido que asombrado y con un chaleco de color gris que le obsequiaban a los visitantes de Alcona.
Chaleco obsequiado en la finca Alcona en 1991
Este artículo fue publicado originalmente en:
25-07-2012
Reproducido posteriormente en:
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