El Autor
Mi nombre es Andrés Arturo, pero la mayor parte de mis amigos me llaman Andy. Soy un cubano nacido en el año 1972, pero en un día y un mes muy significativos para Cuba, lo que ocasionó que desde la educación primaria me hicieran sentir como que mi vida estaría marcada o influida por la política.
Recuerdo que algunas de las maestras "revolucionarias" que me impartieron clases, al llegar el día de mi cumpleaños nos decían en el aula, al poner la fecha en el pizarrón, que esa era una fecha "mala" para Cuba: el 10 de Marzo.
Mi niñez y juventud estuvieron profundamente influídas por el énfasis que ponía el gobierno comunista en lavarnos el cerebro y tratar de hacernos parte de ese "hombre nuevo" que intentaban construir; ese hombre "perfecto" para sus intereses; fácil de manipular y de utilizar como marioneta; gustoso de convertirse en esclavo y perder la capacidad de pensar y actuar según su conciencia; y que siempre esté presto a adorar y venerar a un líder que se presenta como un dios, infalible e invencible.
Aunque estaba obligado diariamente en la escuela a jurar fidelidad al gobierno y a sus íconos, con aquella macrabra frase que invocaba un sistema opresivo y castrante: "Pioneros por el Comunismo, seremos como el Che";
unido al adoctrinamiento día a día, tanto en la escuela, como en el CDR en que vivía, y por los medios masivos de comunicación, todos propiedad del gobierno; aún así, en lo más profundo de mi conciencia, mi alma me alentaba a que dudara e intuyera que todo aquello era una gran farsa y una patraña, proveniente de un sistema maléfico y corrupto.
Por este motivo, y siguiendo mis instintos, nunca llegué a formar parte de las filas de la "Unión de Jóvenes Comunistas", a pesar de que varias veces fui "recomendado" por mis buenos resultados académicos. Tampoco accedí a ocupar cargos en otras organizaciones de masas, ni a participar activamente en las actividades "cederistas".
A pesar de mi corta edad (ocho años) repudié en silencio y no participé en los actos cobardes de agresión a mis vecinos y amigos que decidían abandonar el país hacia los Estados Unidos, en el año 1980, durante el éxodo por el Puerto del Mariel.
Me negué a convertirme en suboficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) al graduarme de técnico en Telecomunicaciones, a pesar de que nos amenazaron con obligarnos a pasar un servicio militar infernal en el lugar más recóndito de Cuba por no querer "servir a la patria". Me negué también a formar parte de las FAR al terminar el Servicio Militar Obligatorio (SMO), a pesar de que me ofrecieron todas las opciones y variantes posibles y me presionaron en ese sentido al ser yo quien dirigía la seguridad de la unidad (UTM 1184) con perros entrenados en guardia y protección. Sistema que había sido celebrado por Ulises Rosales del Toro, en aquel momento jefe del Estado Mayor del MINFAR, y recomendado por él para que se aplicara en todas las unidades militares del país.
Tampoco accedí a ser reclutado para trabajar en "Villa Marista", dirigiendo la técnica canina de ese lugar, cuando vino a entrevistarme a mi casa, con mucha solemnidad, un alto oficial de esa horrenda institución militar.
Después de terminar el Servicio Militar, en el año 1993, me dediqué a entrenar perros en guardia y protrección de forma profesional, pero sin vínculo alguno con ninguna dependencia del gobierno, sino como trabajador por cuenta propia. De esta forma me vinculé con diplomáticos, dueños de firmas extranjeras, cubanos adinerados y funcionarios del gobierno que tenían dólares para pagar por el entrenamiento de su perro.
Desde el año 1994 compartí mi tiempo en adiestrar los que entrenaba profesionalmente con la afición de coleccionar antigüedades, hasta que en el año 2001 me trasladé a residir a México con mi esposa, obteniendo el Permiso de Residencia en el Exterior (PRE) que otorga el Gobierno de Cuba por casamiento.
En Guadalajara continué en estas actividades, llegando a obtener buenos resultados con mis perros y a formar parte de la directiva del Dobermann Club de México.
Del año 2002 al 2009 viajé frecuentemente a la isla para visitar amigos del mundo canino y para adquirir algunas antigüedades. Hasta que el 23 de febrero de 2009, cuando me disponía a regresar a México, fui detenido en el Aeropuerto Internacional José Martí de Ciudad de la Habana por llevar una fotos en mi equipaje y conducido al Centro de Investigación del DTI conocido como: "100 y Aldabó", por la dirección en donde está localizado.
En ese lugar estuve preso durante 40 días sin tener delito alguno, como explico en detalles en el libro, siendo la primera y única persona en la historia de Cuba que haya perdido el vuelo de regreso a su país y haya sido detenido, esposado, encarcelado, enjuiciado y multado por haber comprado unas fotos de colección en lugares autorizados por el gobierno cubano. No estando en ese momento las fotos de ninguna clase entre los artículos prohibidos para la exportación por la Aduana de la República de Cuba.
Estando en "100 y Aldabó" me dio por no convertirme en un lacayo de los esbirros y no ser todo lo comunicativo que ellos deseaban que fuera, lo que provocó su ira e hirió su ego, por lo que se ensañaron en mi persona y me tuvieron allí detenido el mayor tiempo que pudieron, para que sintiera todo el rigor del régimen. Situación ésta que me dio la posibilidad de escribir este libro, al conocer de primera mano los métodos de tortura, sobre todo psicológica, que usa el Ministerio del Interior (MININT) con los detenidos.
He de confesar que si no me hubiera ocurrido esto, probablemente en la actualidad aún fuera un silencioso opositor al gobierno y mi vida no hubiera tomado el cauce que ahora lleva: el de la espiritualidad y la pluma.
Después de estudiar Kabbalah y Astrología, estoy convencido de que escribir este libro era una de mis misiones en esta vida, por eso se dieron las cosas de la manera en que sucedieron, como explico en los capítulos 21 y 22.
Ojalá que este libro llegue a la mayor cantidad de personas posible, para que conozcan la realidad que se vive en la "Abu Ghraib de Cuba".
Durante el año 2012 elaboré 40 artículos de denuncia sobre Cuba, uno por cada día en el que me tuvieron detenido en 100 y Aldabó, los que se pueden leer en esta página, localizados en el menú superior y organizados por los meses de publicación. Estos artículos han sido publicados en más 100 sitios web diferentes, y como promedio en 23 sitios cada vez que se dio a conocer cada uno, he aquí algunos de ellos:
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